Twitter: @javiermayorca
*En esta edición vamos con cinco
temas. El primero tiene que ver con la ola de muertes por supuestos
“enfrentamientos” o resistencias a la autoridad. Desde que comenzó el plan
Patria Segura, es decir en poco más de cinco semanas hemos tenido en Caracas 43 casos. Dos con participación militar. Los demás han corrido por
cuenta de la policía judicial. Son acciones quirúrgicas que hacen recordar a
los días previos a la masacre en Kennedy del año 2006, cuando mataron por
“error” a tres estudiantes de Administración de la Universidad Santa
María. En aquella oportunidad, el mayor peso de los crímenes recayó sobre un
grupo de agentes de la
Dirección de Inteligencia Militar, con la complicidad y el
encubrimiento de CICPC. Ahora, los del cuerpo de investigación hacen el
“trabajo sucio” completo. Uno se pregunta si eso traerá más paz o seguridad a
la ciudadanía. O si en el fondo estamos ante una gran vendetta, en la que los
policías aprovechan para saldar viejas cuentas. Liliana Ortega, representante
de Cofavic, asegura que en estos casos la investigación posterior es poca o
inexistente. De manera que rara vez se puede distinguir entre un intercambio
real de fuego entre agentes y hampones, o si en realidad lo que hay es una ola
de asesinatos a manos de uniformados.
*Al cierre las autoridades
guatemaltecas preparan la repatriación a Caracas de los restos del venezolano
Elio Brito Laricchia, uno de los ocupantes de la avioneta estrellada el 28 de
junio en Ixchiguán, Guatemala, procedente de México. El hombre de 30 años de
edad, según fuentes policiales, coordinaba de los bombardeos de drogas en las
costas orientales del país para un grupo de traficantes mexicanos que
posteriormente llevaba los alijos a Centroamérica. El siniestro se produjo por
un aparente descuido del piloto mexicano, quien se estrelló contra un cerro en
medio de las nubes. El grupo de seis personas iba en un vuelo no reportado
hacia Panamá, donde supuestamente harían escala camino a Venezuela. La prensa
guatemalteca reportó la semana pasada que ningún familiar se había acercado a
reclamar alguno de los cadáveres, por temor a los interrogatorios. Además de
los pasajeros, la aeronave iba con seis millones de dólares en efectivo.
*La policía judicial capturó la
semana pasada a uno de los autores materiales del asesinato del cacique yukpa
Sabino Romero. A este crimen ocurrido el 3 de marzo dedicamos una de las
columnas anteriores. La policía judicial sostiene que todo fue por una venganza
de hacendados zulianos contra quien consideraban el coordinador de las
invasiones de los últimos años, especialmente la de un fundo llamado Las
Flores. Angel Romero Bracho, alias Manguera, fue uno de los tripulantes de la
moto desde la que le dispararon al líder indígena. Fue detenido y llevado a
Caracas. Simultáneamente, agentes de Antiextorsión y Secuestros solicitan la
detención de dos hijos de Romero por estar supuestamente implicados en el
plagio de un ganadero, poco después del referido asesinato. La divulgación de
esta información por quien escribe estas líneas ocasionó indignación en
organizaciones no gubernamentales, que ven una especie de vendetta policial
contra los deudos del yukpa.
![]() |
Aún falta parte del audio |
*La divulgación de la parte
restante del audio del exconductor de La Hojilla , Mario Silva, se ha convertido en una papa
caliente para la oposición. Las razones suministradas extraoficialmente para
esta tardanza han sido muchas y todas ellas poco convincentes. Se han deslizado
tres fechas para que el diputado Ismael García de a conocer el contenido de
esta conversación, y nada. Se ha rumorado que Silva plantea en esa conversación
la necesidad de asesinar al presidente del Parlamento, teniente retirado
Diosdado Cabello, y endilgarle este crimen a la oposición. Todo parece ser una
gran olla. Para darle sustento, el 3 de mayo representantes de la dirección de
Contrainteligencia Militar se reunieron con miembros de los cuerpos de
seguridad del estado Táchira para alertar sobre una conversación telefónica
captada en el centro comercial El Tama de San Cristóbal, donde un hombre supuestamente
anunciaba que atentarían contra el gobernador de esa entidad José Vielma Mora y
contra el propio Cabello, en represalia por el ataque en el hemiciclo de la Asamblea Nacional
contra Maria Corina Machado. En la reunión los militares bajo el mando del
mayor general Hugo Carvajal presentaron incluso dos fotos del sujeto de marras,
de 55 años de edad, tomadas mientras revelaba estos planes a través de su
celular.
*Para el jueves de la semana
pasada, representantes de los poderes Ejecutivo y Moral, respectivamente el
canciller Elías Jaua y la fiscal general Luisa Ortega, habían repudiado la
negativa de España y Francia de permitir el aterrizaje del jet en que iba el
presidente boliviano Evo Morales, por temor a que llevara como pasajero al
exagente de la
Agencia Nacional de Seguridad (NSA) estadounidense Edward
Snowden, quien permanece como huésped del gobierno ruso. Llama la atención
cómo se reacciona en el foro internacional con respecto a decisiones que esas
mismas personas avalan en lo interno. Si la vida de Morales corrió peligro por
la negativa de permitirle aterrizar, también ocurrió durante la campaña
presidencial con Henrique Capriles, a quien le impidieron llegar a dos
aeropuertos y tuvo que buscar un tercero de emergencia. En el plano internacional,
el 13 de febrero las autoridades venezolanas impidieron que pasara por cielo
nacional el jet del Emir de Qatar, un Airbus siglas A7-HHH. Ante estas
inconsistencias, uno recuerda aquél refrán: luz en la calle, oscuridad en casa.